martes, 4 de abril de 2017

EL OFRECIMIENTO




No hay sanidad en este asunto, querido.
No hay descanso en el sueño, porque hay vacío
Y se expande a expensas de mis inseguridades,
Inmensas como la improbabilidad de todo.

O los dos juntos para siempre y contra el mundo,
O mátame aquí mismo y no prolongues la muerte.
No es justo que juegues así con mis afanes,
A sabiendas que te pertenecen desde el principio.  

O es conmigo o no es con nadie, no hay opción,
Porque tan mío como el oxígeno en mi sangre,
Sangre que es tuya, latir que es tuyo,
Corazón enfermo de amor por tu causa mezquina.

Conmigo llevo todo lo que puedo ofrecer:
Un corazón forjado al fuego de mil desahucios condensados,
Las noches convertidas en días y mis días por tus días,
Un amor maduro por tanto tiempo haber hambruna.

La pureza del alma como lo puede ser luego de ir al infierno,
Un infierno divino bajo el resguardo de las sábanas,
Todo lo que sé por resolver tus conflictos,
Y mi sueño completo por velar el tuyo.

Poesías cada día con tu nombre al dormir,
Mi último suspiro y mi primera exhalación,
Los brazos dispuestos para cuando quieras llorar
Y más fuerza que nadie para cuando te toque caer.
  

Dale un motivo a mi existencia y quédate un segundo,
Sólo un segundo, detenidos, sin hablar,
Para entregarte lo único que puedo ofrecer:
Un alma vivaz, adiestrada con los siglos.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.